Sobre el antidarwinismo...
Pero lo peor puede estar todavía por llegar. El creciente control de la investigación biológica por grandes empresas farmacéuticas y “biotecnológicas”, la creciente manipulación con fines comerciales (en el mejor de los casos) de procesos biológicos cuyas complejísimas interacciones orgánicas y ecológicas han puesto claramente de manifiesto que no se pueden controlar (se pueden manipular, alterar, pero no prever las consecuencias de estas perturbaciones del orden natural), están conduciendo a la aparición de graves peligros para el ecosistema global y, muy especialmente, para los seres humanos.
Por lo que se lee en las revistas científicas, en los grandes medios de comunicación, por lo que predican los científicos más prestigiosos sobre las grandes ventajas futuras de estas alteraciones, de estas agresiones a la Naturaleza, puede parecer ésta una visión catastrofista y sin fundamento. Dejo que el lector valore su verosimilitud en función de los textos e informaciones aquí expuestos.
Algo sí parece digno de ser tenido en cuenta, incluso por las mentes más “escépticas” (que es como se autodenominan los fanáticos de la verdad “oficial”): Ante la acumulación de evidencias, de conocimientos totalmente contradictorios con las premisas darwinistas, cualquier teoría científica habría sido abandonada hace mucho tiempo. Si se mantiene es porque no se trata de una teoría científica, sino una creencia. Porque si se valora siguiendo los criterios básicos de las ciencias empíricas, el darwinismo es, desde su origen, totalmente acientífico. Su persistencia en contra de las evidencias y el afán en defenderlo desde determinados estamentos con argumentos retóricos y falsedades históricas hace pensar que su permanencia no tiene nada que ver con su validez científica. Es posible que el lector deduzca, de la lectura de los textos que figuran en esta página, con qué tiene que ver, pero me voy a permitir orientarle con una reflexión bien fundamentada:
El hecho de que una teoría tan vaga, tan insuficientemente demostrable, tan ajena a los criterios que suelen aplicarse en las ciencias empíricas, se haya convertido en un dogma, no es explicable si no es con argumentos sociológicos. Ludwing Von Bertalanffy (1901-1972)